El término «carencia» se refiere a un período de tiempo, especificado en la póliza de seguro, durante el cual el asegurado no puede reclamar ciertos beneficios de la cobertura contratada. Es decir, aunque el asegurado haya pagado las primas del seguro, algunos beneficios no estarán disponibles hasta que transcurra el período de carencia.
¿Cómo funciona el período de carencia?
El período de carencia comienza desde la fecha de inicio de la póliza o desde el momento en que se contrata una nueva cobertura o se hace una modificación en la póliza existente. Durante este tiempo, el asegurado no puede presentar reclamaciones relacionadas con los beneficios que están sujetos a la carencia.
Por ejemplo, si contratas un seguro de salud con una carencia de seis meses para intervenciones quirúrgicas, no podrás reclamar los gastos de una cirugía hasta que hayan pasado seis meses desde la fecha de inicio de la póliza.
Tipos de seguros que incluyen períodos de carencia
Los períodos de carencia son comunes en varios tipos de seguros. Estos son algunos ejemplos:
- Seguro de salud: Las pólizas de seguro de salud suelen tener períodos de carencia para ciertos tratamientos, hospitalizaciones, cirugías, y enfermedades preexistentes. Por ejemplo, los tratamientos de maternidad pueden tener un período de carencia de nueve a doce meses.
- Seguro de vida: Algunas pólizas de seguro de vida tienen períodos de carencia para ciertos beneficios, especialmente en casos de muerte por causas específicas como suicidio.
- Seguro de hogar: En algunos seguros de hogar, puede haber períodos de carencia para coberturas adicionales como daños por agua o incendios.
¿Por qué existen los periodos de carencia?
Las compañías utilizan los períodos de carencia para evitar riesgos y protegerse de posibles fraudes. Sin el período de carencia, los clientes podrían contratar seguros justo antes de necesitar un tratamiento, lo que aumentaría los costos para las aseguradoras.
Qué hacer al contratar un nuevo seguro
Antes de contratar un seguro, realiza los siguientes pasos:
- Lee tu póliza: Asegúrate de leer detenidamente los términos y condiciones de tu póliza para entender qué coberturas están sujetas a carencia y por cuánto tiempo. No dudes en consultar a la aseguradora si tienes alguna duda.
- Planifica con anticipación: Si sabes que vas a necesitar un tratamiento o intervención médica en el futuro, contrata el seguro con suficiente antelación o, en caso de que ya tengas un seguro y quieras cambiar, quizás sea preferible solucionarlo con tu póliza actual antes de cambiar.
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